viernes, 22 de febrero de 2013

McKay, más cerca de las estrellas

Desafortunadamente el Dr. David McKay murió el pasado miercoles, a la edad de 77 años, victima de un infarto.

David llego a la NASA en Junio de 1965. Participó en el entrenamiento de los astronautas de la misión Apolo 11, como profesor de geología de Armstrong y Aldrin. Fue nombrado investigador principal para el estudio de las primeras muestras lunares traidas por las misiones Apolo. Publico más de 200 artículos. 

Tuve la gran suerte de coincidir con David en un congreso en El Escorial en el año 2010.


Tuve la oportunidad de charlar un rato con él y  y me comentó que a la NASA no le interesa encontrar vida fuera de la Tierra porque perdería financiación económica (yo creo que es al revés). Me puso el ejemplo de los robot exploradores de Marte. Me dijo que como me explicaba que la NASA no haya vuelto a mandar un instrumento astrobiológico desde las Viking (años 70). El mismo comentario hizo Sara Seager en un congreso de Exoplanetas al que asistí este verano en Alemania. ¿Tendrán razón?

David era conocido mundialmente por ser el primer científico en descubrir fósiles de microorganismos en el interior de un meteorito procedente de Marte, llamado ALH84001 (ALH porque fue recogido de las montañas Alan Hills, en la Antártida). La primera evidencia de vida extraterrestre:


A principios de Agosto de 1996, la NASA anunció que iba a ofrecer una novedad científica sensacional relacionada con Marte. El día 7 de ese mes fue convocada en Washington una multitudinaria conferencia de prensa,con el presidente de USA, Bill Clinton y el director de la NASA como anfitriones.



El meteorito proviene sin ningún género de dudas del planeta Marte, ya que su análisis espectroscópico muestra la misma composición de gases que la atmósfera marciana analizada por las sondas Viking en los años 70. Este meteorito fue expulsado de Marte por el impacto de un asteroide hace 16 millones de años, y desde entonces estuvo viajando por el espacio hasta caer en la Antártida hace 13.000 años, allí permaneció conservado en el hielo hasta que, el 27 de diciembre de 1984, Roberta Score, lo recogió en la Antártida para incorporarlo a la colección de meteoritos de la NASA que se conserva en Houston. 

En el interior de ALH84001, David, encontró compuestos complejos de carbono (podrían ser producidos por actividad de microorganismos), y formas alargadas y segmentadas semejantes a bacterias terrestres, salvo en el tamaño, que es de diez a cien veces mayor. La edad del meteorito es de 4.100 millones de años, y la de los carbonatos (y por tanto la supuesta actividad biológica), de 3.600 millones de años (la misma edad que lo primeros fósiles de la Tierra). 

La comunidad científica esta bastante dividida al respecto. A McKay no le faltaron detractores, los cuales argumentaron (y argumentan) que dichos compuestos no tienen origen biológico sino mineral. McKay admite que no todas las formas alargadas tienen un origen biológico, pero contraatacó basándose en los minerales del meteorito, cuya forma solo es producida por procesos biológicos.  Otros detractores argumentaron que las muestras pudieron contaminarse en el hielo antártico, sin embargo, McKay demostró que la contaminación crecía de fuera hacia adentro, encontrándose el interior pristino.

Evidentemente, este descubrimiento abre perspectivas fascinantes al estudio de posibles formas de vida en el pasado de Marte. Si, como permite sugerir la antigüedad de algunos canales, el inicio de la historia de Marte está marcado por la existencia de un océano, el marco del origen de la vida en el planeta vecino pudo no ser muy diferente al terrestre. 

Es importante recordar que los primeros microfósiles terrestres tienen una edad similar (unos 3.500 millones de años), y que las condiciones atmosféricas y climáticas de la Tierra y Marte pudieron ser inicialmente muy similares, aunque su evolución posterior haya sido tan diferente. Esto convierte a los terrenos más antiguos de Marte, y en concreto a las zonas donde existieron masas estables de agua (como las desembocaduras de las redes fluviales) en atractivos blancos potenciales para investigar la existencia de microfósiles.

Aunque estos descubrimientos causaron muchísima controversia (todavía hoy en día), no hay ninguna duda de que abrieron el camino a una nueva ciencia, la Astrobiología: estudio del origen, presencia e influencia de la vida en el Universo.

El tiempo dirá si McKay tenia razón o no.

2 comentarios:

  1. Siempre estarán los que quieran, no sé si por envidia, "desbancar" los descubrimientos de otros. Las pruebas están ahí. En cuanto a lo que decía McKay acerca de presupuestos para el envío de robotizados, supongo que sería verdad, yo me que do con el refran de: "más sabe el loco en su casa que el ajeno en la suya"
    Una lectura fascinante Jorge...

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