lunes, 12 de agosto de 2013

Los pelos de punta...

Hemos tenido que ser muchos los que hemos trabajado un año sin cobrar (pagándonos el seguro y la gasolina) para cumplir nuestro sueño. Aquí otro ejemplo:


Harvard contrata a una investigadora española que lleva año y medio trabajando sin cobrar

Llevaba año y medio trabajando gratis en la Universidad de Jaén (UJA), en un proyecto de investigación sobre los genes implicados en el autismo, cuando la Universidad de Harvard, uno de los centros más prestigiosos del mundo, decidió contar con ella. Leticia Díaz Beltrán, estudiante de posgrado de 32 años, es un ejemplo más de esos jóvenes bien preparados que son contratados en el extranjero. Trabaja desde junio en el laboratorio del doctor Dennis P. Wall, (Harvard Medical School) y gracias al contrato de 2.800 dólares mensuales durante un año, podrá financiar su investigación y terminar su tesis doctoral.

—¿Cómo aceptó trabajar totalmente gratis durante más de un año?

—Empecé mi tesis doctoral sobre Biología de Sistemas para estudiar las bases genéticas del autismo en 2010. En enero de 2012 el proyecto no se renovó. Desde el principio había ido enlazando beca tras beca y cuando nos quedamos sin financiacón, decidí seguir trabajando gratis. Quería terminar mi tesis. Pude contar con la ayuda económica de mi familia.

—¿En algún momento se planteó abandonar la investigación cuando se quedó sin presupuesto?

—No. Trabajé gratis para no tirar por la borda todo mi esfuerzo y mi investigación.

—¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar en la Universidad de Harvard?

—Desde que comencé mi tesis, el doctor Dennis P. Wall ha colaborado con el Grupo de Investigación de Biología de Sistemas de la UJA. En una de las visitas que realizó a la Universidad de Jaén, propuso establecer un acuerdo de colaboración entre el Center for Biomedical Informatics y el Grupo de Investigación de Biología de Sistemas de la UJA, para promover el intercambio y la movilidad de estudiantes con becas de 3.000 euros. Pero finalmente el acuerdo se quedó en palabras, y la falta de presupuesto impidió que se llevara a cabo. Sin embargo, cuando se enteró de la situación en la que me encontraba, trabajando sin financiación, me ofreció un contrato durante un año en su laboratorio para poder continuar mi doctorado. Le estoy muy agradecida. Allí podré terminar mi tesis doctoral.

—¿En qué consiste la investigación que realizan?

—El trabajo que ambas instituciones estamos desarrollando es el de buscar qué genes están implicados en el autismo y su relación con otras enfermedades autoinmunes, para poder detectar posibles dianas terapéuticas y fármacos de aplicación para lograr una intervención temprana sobre la enfermedad. El último proyecto en el que estamos inmersos es la recogida de vídeos de niños para poder diagnosticar si son autistas o no, mediante el empleo de una serie de algoritmos, llamado Puzzlemouse. Pretendemos desarrollar un método de detección precoz del autismo que pueda ser utilizado clínicamente.

—¿Qué resultados esperan obtener?

—Estamos confiados en obtener resultados interesantes. Al menos una lista de genes candidatos al autismo.

—Cuando finalice este año de contrato, ¿volverá a trabajar a España o intentará buscar un puesto en Estados Unidos?

—Terminaré mi tesis e iré a Jaén a leerla. Me gustaría empezar nuevas líneas de investigación en la Universidad de Jaén. Además, mi situación personal hace que quiera regresar. El año que viene me caso allí. Pero si la mentalidad de quien gobierna no cambia, el panorama será aún más desolador. No se podrá hacer más investigación. Conozco a compañeros que no saben si renovarán sus proyectos, y otros que incluso han tenido que abandonar sus investigaciones por falta de financiación.

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